El 20 de octubre de 2025 pasará a la historia reciente como el día en que quedó patente nuestra extrema dependencia de la nube. Un repentino aumento en las tasas de error y latencias en al menos veinte servicios de Amazon Web Services (AWS) provocó una caída global que paralizó cientos de aplicaciones, plataformas de pago y negocios esenciales en todo el mundo.
Esta incidencia tecnológica, que afectó a varias regiones, expuso la fragilidad de un sistema digital que se apoya en muy pocas empresas. Si usted intentó usar Bizum, sacar dinero de un cajero o acceder a una plataforma de streaming durante la mañana, es muy probable que haya sentido el impacto directo de este fallo.
El caos digital: ¿A quién afectó la caída de AWS?
El fallo en la red de servidores de Amazon, considerada la nube más grande del planeta, generó un caos operativo a nivel global. La lista de afectados es extensa y variada, tocando áreas sensibles de nuestra vida diaria y la economía:
- Sistemas de pago y banca: Plataformas de pago como Bizum quedaron paralizadas. Bancos importantes como CaixaBank o el Santander, así como operadoras de tarjetas como Visa, sufrieron el impacto, impidiendo a muchos comercios cobrar a sus clientes con el datáfono, obligando a volver al pago en efectivo.
- Servicios de streaming y entretenimiento: Plataformas de vídeo como Disney + y Hulu, el gigante Netflix y el popular videojuego Fortnite reportaron errores de conexión.
- Servicios corporativos y software: Microsoft se encontró entre las plataformas más afectadas, con hasta 78 fallos reportados en Microsoft Outlook y errores en Microsoft 365 (que incluye Word y Excel), posiblemente vinculados al problema con AWS.
- Viajes y logística: Aerolíneas como United y Delta tuvieron problemas, impidiendo a los usuarios acceder a sus billetes de vuelo.
- Inteligencia Artificial y asistentes: Incluso los nuevos motores de Inteligencia Artificial, como Perplexity, y servicios propios de Amazon como el asistente virtual Alexa, se resintieron por la caída del servicio.
La respuesta de Amazon: El avance en la resolución
La propia AWS tuvo que emitir varios comunicados en un lenguaje muy técnico para tranquilizar a los usuarios. Inicialmente, informaron que «el problema subyacente de DNS se ha mitigado por completo» y que la mayoría de los servicios estaban funcionando correctamente.
La compañía tuvo que usar jerga técnica, asegurando que estaban «avanzando en la resolución» de los problemas con las instancias de EC2 en la región US-EAST-1 y que los clientes verían una recuperación gradual en los lanzamientos de nuevas instancias. En el caso específico de Bizum, la compañía aseguró que todas las «posibles operaciones afectadas se regularizarán automáticamente dentro de las próximas 48h».
El verdadero riesgo: Nuestra dependencia de la nube tecnológica
Más allá de la anécdota de no poder pagar con tarjeta, la caída de AWS evidencia una vulnerabilidad de seguridad y una amenaza económica que no podemos ignorar.
La inmensa mayoría de la infraestructura digital mundial reside en los servidores de un puñado de empresas monopolísticas de servicios en la nube. Esta concentración significa que un fallo en un solo punto, como demostró Amazon, tiene la capacidad de paralizar desde pequeños comercios hasta grandes aerolíneas en cuestión de minutos. La dependencia es tan crítica que pone en riesgo la seguridad operativa de regiones enteras, obligando a una reflexión profunda sobre la necesidad de diversificar y descentralizar la arquitectura digital global.
Preguntas frecuentes
¿Qué es exactamente Amazon Web Services (AWS) y por qué es tan importante?
AWS es la división de Amazon que ofrece servicios de computación en la nube. En términos sencillos, alquila infraestructura tecnológica (servidores, bases de datos, almacenamiento, etc.) a empresas de todo el mundo. Es fundamental porque, aunque no lo veamos, la inmensa mayoría de las aplicaciones, websites y servicios digitales que usamos a diario (desde Netflix hasta un banco) se alojan o dependen de la arquitectura de AWS.
¿Qué es el problema de DNS que mencionó AWS en su comunicado?
DNS significa Sistema de Nombres de Dominio. Es esencialmente el «listín telefónico» de Internet, que traduce los nombres de dominio (como elperiodico.com) a direcciones IP numéricas para que los ordenadores puedan encontrarlos. Cuando hay un fallo de DNS, los servicios no pueden «encontrarse» entre sí, lo que genera una cascada de errores de conexión y latencia en todas las plataformas que dependen de esos servidores, como ocurrió durante la caída de AWS.