El 14 de octubre de 2025 marcará un antes y un después para millones de usuarios en todo el mundo. Ese día, Microsoft dejará de ofrecer soporte técnico y actualizaciones de seguridad para Windows 10, un sistema operativo que actualmente impulsa casi la mitad de todos los ordenadores del planeta. Esta fecha límite podría afectar a aproximadamente 1.000 millones de dispositivos, creando uno de los mayores desafíos de migración tecnológica de la última década.
Aunque parece quedar tiempo suficiente, la realidad es que muchos usuarios y empresas aún no han comenzado a prepararse para esta transición. La pandemia, la crisis de chips y las prioridades empresariales han retrasado inevitablemente los planes de actualización. Ahora, con el reloj en marcha, es crucial entender qué implica este cambio y cómo afectará directamente a la seguridad, productividad y experiencia informática de usuarios domésticos y profesionales.
##¿Por qué Microsoft retira el soporte de Windows 10?
###El ciclo de vida natural de los sistemas operativos
Microsoft ha mantenido históricamente un ciclo de vida predecible para sus sistemas operativos. Windows 10, lanzado en julio de 2015, cumplirá diez años de soporte extendido en 2025. Este período de una década es estándar para las versiones principales de Windows, aunque Microsoft había prometido inicialmente que Windows 10 sería «la última versión de Windows», sugiriendo actualizaciones continuas en lugar de lanzamientos completamente nuevos.
La evolución tecnológica ha hecho insostenible mantener el soporte indefinidamente. Los nuevos requisitos de hardware, las arquitecturas de seguridad modernas y las demandas de computación en la nube han creado una brecha demasiado amplia entre Windows 10 y Windows 11. Microsoft argumenta que continuar con el soporte limitaría la innovación y dejaría a los usuarios estancados con tecnología obsoleta.
###Los desafíos de seguridad en un mundo post-pandemia
La pandemia aceleró la transformación digital exponencialmente, pero también expandió la superficie de ataque para los ciberdelincuentes. Windows 10, diseñado en una era con diferentes paradigmas de seguridad, carece de protecciones fundamentales integradas en Windows 11 como TPM 2.0, Secure Boot habilitado por defecto y protección basada en virtualización.
Sin actualizaciones de seguridad regulares, Windows 10 se convertirá en un objetivo cada vez más vulnerable para malware, ransomware y exploits de día cero. Microsoft ya no investigará ni parcheará vulnerabilidades descubiertas después de octubre de 2025, dejando a los dispositivos expuestos indefinidamente.
##El panorama actual: cifras que preocupan
###La penetración global de Windows 10
Según los datos más recientes de StatCounter, Windows 10 mantiene aproximadamente el 68% de cuota de mercado entre todos los sistemas operativos de escritorio a nivel global. Esto representa cerca de 1.400 millones de dispositivos activos, superando ampliamente a Windows 11 que ronda el 27% de penetración. Lo más alarmante es que aproximadamente el 40% de estos dispositivos no cumplen con los requisitos mínimos para actualizar a Windows 11.
Las empresas son las más rezagadas en esta transición. Un estudio de Lansweeper across 30 millones de dispositivos empresariales reveló que solo el 44,4% de los PCs cumplen con los requisitos de hardware para Windows 11. El principal obstáculo: procesadores incompatibles (55,7%) y falta de TPM 2.0 (14,6%).
###El factor económico: ¿actualizar o reemplazar?
Para muchos usuarios y pequeñas empresas, el costo de actualización representa un desafío significativo. Un ordenador compatible con Windows 11 ronda los 600-800 euros como punto de entrada, mientras que actualizar componentes individuales (como CPU o placa base) puede costar entre 200-400 euros en muchos casos.
Esta barrera económica es particularmente problemática en mercados emergentes y para usuarios con dispositivos adquiridos entre 2016-2018, muchos de los cuales funcionan perfectamente pero carecen de las características de seguridad requeridas por Windows 11.