Por qué decidí darle una oportunidad a Gemini
Hace unas semanas, Google anunció con bombo y platillo el reemplazo del clásico Asistente de Google por su nuevo modelo de inteligencia artificial, **Gemini**. Como usuario habitual de los servicios de Google y entusiasta de la tecnología, no pude resistir la tentación de probarlo. Después de todo, prometía ser más inteligente, rápido y capaz que su predecesor.
Pero la realidad ha sido bastante diferente. Aunque Gemini tiene un potencial enorme y algunas funciones interesantes, la experiencia de usuario todavía está lejos de ser perfecta. Desde fallos en comandos básicos hasta respuestas confusas, el cambio no ha sido tan fluido como esperaba. Y no soy el único: en foros y redes sociales, muchos usuarios están reportando problemas similares.
Los problemas más frecuentes con Gemini
Respuestas lentas y poco precisas
Uno de los mayores problemas que he notado es que, aunque Gemini es capaz de procesar consultas más complejas, a veces tarda demasiado en responder. Peor aún, en ocasiones da respuestas que no tienen nada que ver con lo que he preguntado. Por ejemplo, al pedirle que me recordara una cita médica, me sugirió recetas de cocina en lugar de activar el recordatorio.
Otro punto frustrante es que, a diferencia del Asistente de Google, que era rápido y directo con comandos como *»enciende las luces del salón»*, Gemini a veces se pierde en explicaciones innecesarias o pide confirmaciones adicionales. Esto hace que tareas simples se vuelvan más engorrosas de lo que deberían.
Falta de integración con dispositivos de Google
El Asistente de Google funcionaba a la perfección con dispositivos como los **Google Home**, **Chromecast** o **Nest**. Con Gemini, sin embargo, he notado que algunos comandos ya no se ejecutan correctamente. Por ejemplo, pedirle que reproduzca una canción en mi altavoz inteligente a veces resulta en un mensaje de error o en que simplemente no hace nada.
Además, algunas funciones que eran accesibles con el Asistente de Google, como controlar la temperatura de mi termostato Nest con la voz, ahora requieren más pasos o directamente no están disponibles. Esto me ha obligado a volver a usar la app manualmente en varias ocasiones.
¿Vale la pena el cambio?
Lo bueno de Gemini
A pesar de los problemas, no todo es malo. Gemini tiene algunas ventajas interesantes, como su capacidad para entender consultas más complejas y contextuales. Por ejemplo, si le pido que *»busque vuelos baratos a Madrid para el próximo mes y que incluya opciones de hoteles cerca del centro»*, es capaz de darme una respuesta bastante detallada.
También me gusta que, en teoría, debería mejorar con el tiempo. Google ha afirmado que Gemini aprenderá de los usuarios y se irá adaptando, así que es posible que muchos de estos problemas se solucionen en futuras actualizaciones.
Lo malo: aún no está listo para el día a día
El principal problema es que, en su estado actual, **Gemini no es tan fiable como el Asistente de Google**. Si dependes de comandos de voz para tareas cotidianas, como poner alarmas, controlar dispositivos inteligentes o hacer búsquedas rápidas, es probable que te encuentres con más frustraciones que soluciones.
Hasta que Google no refine el sistema y solucione estos fallos, muchos usuarios (incluyéndome) podríamos considerar volver al Asistente de Google clásico o buscar alternativas como **Alexa** o **Siri**, que, aunque no son perfectas, al menos son más consistentes.
Preguntas frecuentes
¿Puedo volver al Asistente de Google si no me gusta Gemini?
Por ahora, Google no ha habilitado una opción oficial para revertir el cambio. Sin embargo, algunos usuarios han encontrado soluciones temporales, como desinstalar actualizaciones de la app o usar versiones anteriores. Eso sí, es probable que tarde o temprano Google obligue a todos los usuarios a migrar a Gemini.